Una batería para teléfonos móviles, que se alimenta de azúcar, de mayor duración que las convencionales de litio y que podría comercializarse en menos de cinco años.
Un grupo de investigadores de la universidad estadounidense de San Louis ha conseguido crear una batería que se alimenta con cualquier fuente de azúcar, desde refrescos a sacarosa, y que dura más que las baterías convencionales de litio.
El invento podría estar disponible en el mercado en menos de cinco años, y nos permitiría recargar la batería del móvil con cualquier fuente de azúcar que tengamos disponible.
La batería tiene además la ventaja de ser biodegradable, y podría llegar a usarse con muchos dispositivos portátiles, incluso con ordenadores, aseguran sus creadores. El invento ha sido recientemente presentado en Chicago, en el marco del Asamblea Nacional de la American Chemical Society, celebrada a finales de marzo pasado.
La directora de la investigación que ha resultado en la creación de la batería ha sido Shelley Minteer, electroquímica de dicha universidad, que asegura que la unión de química y biología ha permitido el desarrollo del dispositivo, que funciona a temperatura ambiente y que, además de rendir más tiempo que las baterías tradicionales, tiene la ventaja de no ser contaminante porque todos los elementos que la componen son biodegradables.
La batería de azúcar funciona gracias a las enzimas que contiene y que convierten el combustible (el azúcar) en electricidad. Hasta ahora, las pruebas han demostrado que con lo mejor que funciona es con sacarosa disuelta en agua.
La primera aplicación ideada por Minteer para esta batería es para los cargadores de los teléfonos móviles, que podrían llevar cartuchos especiales pre-rellenados con una solución de azúcar. Estos cartuchos serían sustituidos por otros una vez usados.
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